Playlist: Las canciones de mi muerte

Titulo obra: Playlist: Las canciones de mi muerte
Autor/a: Michelle Falkoff
Género: Novela que te hace reflexionar.
Número de páginas: 288
Precio papel: 15,90
ISBN/ASIN: 9788494461682
Editorial: Del Nuevo EXtremo Editorial
Enlace de compra:https://www.casadellibro.com/libro-playlist-las-canciones-de-mi-muerte/9788494461682/3035311

Sinopsis

 Para entender lo que pasó con su mejor amigo Hayden, Sam tiene que confiar en la lista de canciones y en su memoria. Pero cuanto más escucha se da cuenta que su memoria no es tan confiable como creía. Especialmente cuando alguien que finge ser Hayden le manda mensajes enigmáticos, al mismo tiempo que comienza una serie de ataques contra los matones que le hicieron la vida imposible a su amigo. Sam sabe que tiene que afrontar lo que ocurrió esa noche. La única manera: quitarse los auriculares y abrir los ojos a las personas que lo rodean (incluyendo una chica excéntrica e impredecible, también llena de secretos) para poder desentrañar la historia de su mejor amigo. Y quizás llegar a cambiar la suya propia.

La historia que hoy os cuento es una que no estoy acostumbrada a leer o por lo menos no me he atrevido a leer con anterioridad. Me dio como un ligero recuerdo a Trece Razones, será por lo de la playlist como legado antes de su muerte aunque en el caso de la primera sea cintas donde ella habla, pero el mensaje que me transmitió no fue el mismo.

Encontramos a Sam, el mejor amigo de Hayden el recién fallecido. Ambos, unos frikis totales, no lo suficientemente listos para ser nerd, no lo suficientemente fuertes ni guays para ser deportistas, ni lo suficientemente raros como para ser góticos, hipsters o cosas por el estilo. Son como uña y carne donde siempre ambos se han apoyado aunque sus condiciones en el Instituto no sea las más óptimas, sobretodo con Hayden cuyo hermano y sus amigos, los más chulerias del instituto no le hace las cosas sencillas.

Sam quiere descubrir que significado lleva consigo la playlist, el porqué  se suicidó y porqué le ronda una chica de piersing en el labio y mecha roja en el cabello además del carmín de sus labios.
Sam ha sido mi personaje favorito porque tiene una fuerza dentro que me ha parecido genial, una personalidad amable, que vemos a lo largo de la novela como se transmite en sus valores y credenciales en los que la venganza no es siempre la solución pues no queda más que vacío, y un daño en ti como persona.

Sufre mucho por su pérdida y el como quería a su mejor amigo y la añoranza y el cariño que transmite entre las páginas me ponían los pelos de punta. También creo que lo que necesitaba era hablar con alguien, alguien que fuese como ese HAyden y Sam contra todo y contra todos.

Una amistad maravillosa que me hubiera gustado experimentar un solo segundo entre ellos con sus batallitas de Star Wars y sus pequeñas tonterías y peleitas cuando te aburres o por picar a ese compañero querido.

Conocemos a Astrid, la misteriosa chica que trae muchos secretos consigo y la que extrañamente conocía de cerca a Hayden. Iremos descubriendo su papel en todo esto, y no ha sido un personaje que me haya gustado especialmente, ya que esa representación que tiene en la historia a mi parecer no me ha parecido la más correcta aunque sea lo que todos pensemos que es lo más justo no es lo más correcto.

Vemos como este trío lalala, Ryan, Jason y Trevor son los típicos quarterbarcks americanos que se creen que sus zapatillas les llevan a la gloria y al quinto cielo y que están en todo su derecho de pisotear a cualquier persona o cualquier faceta que les sea contraria o extraña.

Me parece un asunto muy grave el que se nos trata y en la entrada de Trece Razones, el maldito bullying. Es un problema que tenemos muy presente y del que todos tenemos que reconocer como REALIDAD y no casos aislados que a nadie le pasa. El bulling no son sólo golpes, puñetazos, robos de comida y objetos personales. Es también un gran maltrato psicólogo y deterioro de la personalidad y dignidad de esa persona. Destruye más lo que no vemos que lo que vemos. Tenemos que concienciar, no solo a que esa persona  reconozca lo que le pasa, sino a que no pase esto, que se normalicen conductas y frikis y que no se trate como raro a una persona tímida, a una persona estudiosa. A que no por ser más chulo uno vale más o es mejor, que no por aplastar a otros eres tú más poderoso, más increíble o más macho o mejor tía.

Que Hayden hizo un acto algo cobarde como es el suicidio, pues sí. Esa nunca es la solución, aunque sea fácil de decir también es verdad, pero hay que saber luchar, desahogarte, cuentas con personas maravillosas en tu vida como es Sam, siempre puedes contar con esa persona y luchar contra el mundo. Es una novela que nos hace reflexionar, pensar y dar vueltas a lo que uno vive y no ve o lo que no llega a vivir y la suerte que tiene, el contar esas pequeñas cosas de la vida y del día a día que te acaban por hacer más fuerte.